Esta situación ha desecado los suelos, fenómeno que se ha acentuado en noviembre, particularmente en el sur del país, donde la cantidad de agua cayó por debajo del 20% en algunas zonas, según el IPMA.
La sequía contribuyó además al año negro del país en cuanto a incendios, que dejaron 109 muertos y devastaron 442,000 hectáreas de vegetación hasta fines de octubre.
Afecta también el suministro de algunas poblaciones. La situación más crítica se ha visto en Viseu, a 300 km al norte de Lisboa, donde una parte del agua que necesita la población se garantiza con camiones cisterna.
La ganadería se resiente, y es común la muerte del ganado. Además las aceitunas maduraron un mes antes de lo habitual.
Dwayne Arroba - 4ºESO
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