miércoles, 18 de abril de 2018

PORTUGAL, UNA HISTORIA DE ÉXITO



La economía portuguesa crece hoy por encima de la media de la Unión Europea y de la zona euro,
 apoyada en un fuerte crecimiento de la inversión y las exportaciones. 
El paro se encuentra en niveles de antes de la crisis, y la tasa de empleo crece de forma 
robusta. Los déficit presupuestarios están en mínimos de las últimas cuatro décadas; mientras,
 la balanza de pagos por cuenta corriente se ha mantenido en superávit en los últimos seis años.
Pero hace pocos años Portugal se enfrentaba a una profunda recesión, 
que siguió a una década de crecimiento débil y acumulación de desequilibrios graves, 
tanto internos como externos. La caída del empleo, el paro y la emigración fueron las 
principales consecuencias sociales. 
En 2014 y 2015 surgirían señales de recuperación, que se mostraron débiles y efímeros. 
Portugal pasará página en la segunda mitad de 2016, cuando el crecimiento llegó al 1,6% a 
finales de año, y acelerará hasta el 2,7% en 2017, con un alza del 9% en la inversión y 
un 7,9% en las exportaciones.
Las restricciones a la financiación llevaron a una fuerte recesión.
El empleo creció un 3,5% a finales de 2017 y el paro cayó al 8%. 
Todo esto, con crecimiento salarial y reducción del porcentaje de empleo precario. 
Tras seis años consecutivos de regresión, el número de empleados ha vuelto a aumentar 
desde finales de 2016. 
Paralelamente, la reputación internacional de la economía portuguesa ha mejorado,
 con la salida del procedimiento por déficit excesivo de la UE en junio de 2017. 
El déficit presupuestario de 2017 cayó para un 0,9% del PIB, un nuevo mínimo en la historia 
democrática de Portugal. El superávit primario fue de un 3%, el segundo más alto 
de los Veintiocho. El stock de deuda pública cayó 4,3 puntos básicos 
(la mayor reducción en 20  años) y el desapalancamiento del sector privado ha hecho 
que la deuda de este en 2017 haya caído 44 puntos básicos respecto a su máximo en 2012.
El renovado vigor económico y la consolidación presupuestaria ha sorprendido a los analistas, 
cuyas proyecciones se han quedado, en no raras ocasiones, desfasadas de la realidad.

Ángel Caballero - 4ºA

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