La segunda parte del rescate de Dia depende hoy de lo que decida la banca. Este lunes finaliza el plazo para lograr un acuerdo con las entidades acreedoras para posponer el pago de la deuda. Si acceden (de los 17 bancos prestamistas, queda uno por convencer, el Santander) el fondo Letterone, que controla casi el 70% de la cadena de supermercados tras la opa lanzada en abril, procederá a una ampliación de capital por 500 millones de euros que es vital para la supervivencia de la compañía. Si no se ejecuta la operación, Dia se verá obligada a solicitar el concurso de acreedores.
Hoy se cumplen dos meses desde la última junta de accionistas y, según la ley, este es el plazo para que la cadena vuelva al equilibrio patrimonial. En quiebra técnica desde diciembre, acumula un patrimonio negativo de casi 175 millones de euros (en el primer trimestre de 2019 se agravó la cifra).
Letterone, propiedad del magnate ruso Mikhail Fridman, prometió esta inyección de dinero con dos condiciones: que prosperara la opa lanzada sobre Dia (y que le ha permitido hacerse con el 69% del capital, frente al 29% con el que contaba inicialmente,) y lograr un acuerdo con la banca acreedora.
La primera parte de este plan de rescate ya se ha logrado. La semana pasada se comunicaron los resultados de la opa, tras haber modificado dos veces el plazo límite para sumarse a la oferta y después de haber eliminado el requisito del umbral mínimo de aceptación, que Fridman estableció inicialmente en el 35,5% (la mitad del capital al que se dirigía la operación).
La segunda parte del plan, el pacto con la banca, aún no se ha concretado, a pesar de que el fondo lleva meses negociando con las entidades acreedoras, con el Banco Santander y BBVA a la cabeza. El viernes Letterone señaló que ya ha llegado a un acuerdo con 16 de los 17 prestamistas. Sólo le queda por convencer al banco presidido por Ana Patricia Botín, al que Dia debe 300 millones de euros. Es el banco con mayor porcentaje de deuda del grupo.
La situación de Dia es crítica. En el primer trimestre de este año acumuló pérdidas de 144 millones de euros, la ventas siguen cayendo, su deuda se ha incrementado y, además, los proveedores han endurecido sus condiciones porque temen no cobrar y esto ha provocado que haya escasez de producto en algunas tiendas y almacenes.
Fridman quiere que la banca aplace el pago de toda la deuda del grupo hasta 2023. Además quiere 300 millones de euros más para afrontar los problemas de liquidez. Desde LetterOne ya han señalado su disponibilidad para inyectar capital a través de un préstamo participativo a devolver posteriormente, una vez ejecutada la ampliación de capital. Esto le daría más tiempo a la cadena de supermercados, pero siempre sujeto al acuerdo con la banca.
Nazaret Montero 4ºA
No hay comentarios:
Publicar un comentario