El
yacimiento salmantino de Retortillo, a 50 kilómetros de la frontera,
está junto a ríos que desembocan en el Duero
Después
del almacén
de residuos de la central nuclear de Almaraz (Cáceres),
las tensiones entre España y Portugal tienen un nuevo capítulo: la
próxima apertura de una mina de uranio a cielo abierto en
Retortillo, a 70 kilómetros de Salamanca y a 50 de la frontera con
Portugal. El proyecto ha levantado las protestas de los grupos
ecologistas portugueses y españoles y las críticas del Bloco
de Esquerda, socio parlamentario del Gobierno socialista portugués.
Según estos, el Gobierno español no ha realizado el preceptivo
estudio de impacto ambiental transfronterizo, ya que los desechos de
la mina podrían acabar en el río Duero.
El
presidente de la comisión parlamentaria de Medio Ambiente, el
bloquista Pedro Soares, alerta de que si no hay una protesta firme
del Gobierno portugués pueda repetirse la táctica de los hechos
consumados como, dice, ocurrió
con el almacén de residuos nucleares de Almaraz. Lisboa
presentó el año pasado una denuncia ante la Comisión Europea en
contra de esta instalación temporal —para guardar la basura
nuclear hasta que se construya el
cementerio de Cuenca— por
no contar con una evaluación de los impactos transfronterizos
del proyecto.
Después
del almacén
de residuos de la central nuclear de Almaraz (Cáceres),
las tensiones entre España y Portugal tienen un nuevo capítulo: la
próxima apertura de una mina de uranio a cielo abierto en
Retortillo, a 70 kilómetros de Salamanca y a 50 de la frontera con
Portugal. El proyecto ha levantado las protestas de los grupos
ecologistas portugueses y españoles y las críticas del Bloco
de Esquerda, socio parlamentario del Gobierno socialista portugués.
Según estos, el Gobierno español no ha realizado el preceptivo
estudio de impacto ambiental transfronterizo, ya que los desechos de
la mina podrían acabar en el río Duero.
El
presidente de la comisión parlamentaria de Medio Ambiente, el
bloquista Pedro Soares, alerta de que si no hay una protesta firme
del Gobierno portugués pueda repetirse la táctica de los hechos
consumados como, dice, ocurrió
con el almacén de residuos nucleares de Almaraz. Lisboa
presentó el año pasado una denuncia ante la Comisión Europea en
contra de esta instalación temporal —para guardar la basura
nuclear hasta que se construya el
cementerio de Cuenca— por
no contar con una evaluación de los impactos transfronterizos
del proyecto.
Lola García - 1ºBachillerato
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