El Gobierno socialista ha firmado este miércoles su primer acuerdo con la derecha, dos años y medio después de llegar al poder. Para ello ha sido imprescindible que el PSD cambiara a su líder. El acuerdo ha levantado los recelos de la izquierda, PC y Bloco, que son los que están sustentando la mayoría parlamentaria de este Gobierno.
El acuerdo del Gobierno se refiere a la descentralización en favor del poder municipal, que hasta ahora no tiene poderes ni para legislar sobre el alojamiento turístico ni sobre la inversión de los fondos estructurales europeos. Además de la importancia de esos acuerdos en lo que significa de rumbo político, también es un punto de inflexión en las nuevas relaciones entre el partido gobernante y la oposición de centroderecha, el Partido Social Demócrata (PSD), ganador de las elecciones de 2015 pero sin mayoría para formar Ejecutivo. Esa disfunción provocó una oposición muy dura del candidato del PSD victorioso en las urnas, pero derrotado en el parlamento, Pedro Passos Coelho.
El acuerdo del Gobierno se refiere a la descentralización en favor del poder municipal, que hasta ahora no tiene poderes ni para legislar sobre el alojamiento turístico ni sobre la inversión de los fondos estructurales europeos. Además de la importancia de esos acuerdos en lo que significa de rumbo político, también es un punto de inflexión en las nuevas relaciones entre el partido gobernante y la oposición de centroderecha, el Partido Social Demócrata (PSD), ganador de las elecciones de 2015 pero sin mayoría para formar Ejecutivo. Esa disfunción provocó una oposición muy dura del candidato del PSD victorioso en las urnas, pero derrotado en el parlamento, Pedro Passos Coelho.
La derrota del PSD en las municipales de octubre aceleró la dimisión de Passos Coelho y la entrada de un nuevo líder, Riu Rio, muy contestado entre sus mismas filas y entre el grupo parlamentario por su postura favorable a encontrar entendimientos con el Gobierno. Tres meses después de ocupar la presidencia del PSD, se ha plasmado el acuerdo entre esos dos puntos, muy importante para el futuro político el país, como ha declarado el propio primer ministro, António Costa.
La aprobación de las grandes obras estructurales del país exige los dos tercios de la cámara
por lo que el acuerdo entre PS y PSD garantiza su ejecución sea quien sea el partido
gobernante, evitando así la paralización de grandes obras, como ha sido el caso histórico
del aeropuerto de Lisboa, hoy colapsado y de cuya modernización y cambio de lugar lleva
hablándose más de veinte años.
La aprobación de las grandes obras estructurales del país exige los dos tercios de la cámara
por lo que el acuerdo entre PS y PSD garantiza su ejecución sea quien sea el partido
gobernante, evitando así la paralización de grandes obras, como ha sido el caso histórico
del aeropuerto de Lisboa, hoy colapsado y de cuya modernización y cambio de lugar lleva
hablándose más de veinte años.
Eva García - 4ºESO
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