El
paro afecta mucho más a los jóvenes que al resto de la población.
En el tramo de edad de los menores de 25 años, el desempleo se ceba
algo más con los hombres que con las mujeres, justo lo contrario de
lo que sucede en el resto de población.
Las
cifras de paro juvenil en España son las peores de la Unión
Europea, tan solo por detrás de Grecia.
Pero
es que, además, el empleo que consiguen los jóvenes es mucho más
precario. En el tramo de menor edad supera el 84%, y el 71% en el
siguiente. Solo a partir de los 25 años se iguala la proporción de
contrataciones indefinidas y temporales.
El
tipo de jornada también marca una brecha generacional. A los
trabajadores más jóvenes se les contrata a tiempo parcial con más
frecuencia que a los de mayor edad.
En
los sueldos también se nota, y mucho. Hasta que se superan los 40 no
se alcanza el salario medio.
Esta
precariedad incide en el proyecto de vida de los jóvenes. Los
españoles están entre los que más tarde abandonan la casa de los
padres. De media, no se deja el nido paterno hasta los 29 años y 3
meses (algo antes ellas, a los 28, que ellos, a los 30). Tres años
más tarde que la media europea, y solo por debajo de Grecia, Italia,
Eslovaquia, Macedonia, Croacia y Malta. Los suecos, daneses,
luxemburgueses y finlandeses suelen estar fuera de casa de los padres
ocho años antes que los españoles.
Lucía Rodríguez -4ºESO
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