Las ventas de iPhone llevan tres años prácticamente estancadas, ante lo que Apple decidió aumentar precios para subir la facturación, una estrategia que está dando sus frutos con unos beneficios netos en 2018 un 23% superiores a los del año pasado.
La compañía con sede en Cupertino (California, EEUU) vendió este año en todo el mundo casi 218 millones de teléfonos, una cifra muy similar a la del año pasado, pero ingresó por ellos casi 22.000 millones de euros (25.000 millones de dólares) más.
Esto se explica porque el iPhone, que sigue siendo de largo su principal fuente de ingresos, pasó de tener un precio medio entre todos los modelos vendidos en 2017 de 541 a 695 euros por aparato en el presente año.
Lucía Sanz 4A
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