The Walt Disney Company, que data de 1923, se podría haber quedado en aparente castillo de ensueño, deshabitado y polvoriento en su interior. Sin embargo, la empresa no ha parado: compró en 2006 la muy valorada Pixar, que amenazaba con dejar desactualizados a Mickey amigos; en 2009, se apoderó de Marvel, la firma que explota un gran número de los grandes personajes de cómic; en 2012, integró LucasFilm, el estudio en torno al que orbita todo lo que tiene que ver con La Guerra de las galaxias; y, el pasado año, sumó la rama de entretenimiento de 21st Century Fox (por alrededor de 66.000 millones de euros), y completó la adquisición de la menos conocida BAMTech, una empresa tecnológica que ha servido para la construcción de Disney Plus.
Esta plataforma, crucial para el futuro de tan vasto conglomerado, se presenta este martes en España con varios centenares de series y medio millar de películas... de momento. Mickey Mouse se ve obligado a compartir protagonismo para hacerse un hueco en las nuevas guerras del streaming, una fórmula de ocio que el encierro provocado por el coronavirus ha terminado de encumbrar.
«No queríamos lanzar Disney+ en este escenario. Es una desgracia. No vemos esto como una oportunidad, pero sí que la gente está especialmente necesitada de que la entretengan mientras está aburrida en casa. Nosotros podemos ayudar»
María Rabazo 4ºEso A
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