Cuando todas las miradas están puestas en saber si la campaña de vacunación masiva será suficiente para reabrir las economías por completo y dar así por cerrado el oscuro capítulo de las recesiones pandémicas, el Instituto Nacional de Estadística ha dado a conocer el dato definitivo del rebote récord del PIB español en el tercer trimestre. Sus números dicen que la sorpresa fue ligeramente menos positiva de lo esperado. La economía remontó entre julio y septiembre un 16,4%, el mayor avance de la serie histórica. en lugar del 16,7% que apuntó inicialmente, debido a un comportamiento más negativo de las exportaciones en plena contracción del turismo. También revisa a la baja el segundo, cuando la caída final fue del 17,9%, una décima peor.
Pese a la potente reacción, la actividad aún cae un 9% en tasa anual respecto al tercer trimestre de 2019, de los cuales la demanda nacional es responsable en 7,2 puntos y la externa en 1,8. El impacto continúa superando el sufrido por el conjunto de la zona euro, y mantiene a España lejos de niveles precrisis, un umbral que tanto la OCDE como el Banco de España aplazan hasta 2023.
El verano, segunda ola mediante, se antoja hoy un recuerdo lejano en plena aceleración de la historia. El progreso de la economía era inevitable al relajar los severos confinamientos impuestos en el segundo trimestre, cuando los españoles fueron obligados a pasar más tiempo en sus casas que nunca antes para evitar que el virus siguiera saltando de un ciudadano a otro. La pregunta era cuántas de las plumas perdidas podrían recuperarse. La duda era legítima dado lo inédito de las medidas, y la respuesta, tras volatizarse casi una cuarta parte del PIB en la primera mitad del año, sigue superando las expectativas del Gobierno y los servicios de estudios.
Soraia Simoes 4ºB
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