lunes, 1 de marzo de 2021

La otra cara de la 'gran apuesta' de Europa en el mercado laboral: una recuperación sin empleo.

  • Existe el riesgo de que el desempleo de larga duración aumente en 1,8 millones.
  • Parte del desempleo cíclico en Europa podría convertirse en estructural.
  • Los flujos desde desempleo a una posición de empleo están casi congelados.

La Unión Europea lo apostó todo en el mercado laboral a los esquemas de reducción de tiempo de trabajo (los ERTES en el caso de España). La idea era muy buena: impedir que una crisis corta, pero muy intensa, tuviera un impacto devastador y duradero en el mercado laboral.
Si la crisis era sido corta, el sistema funcionaría. Los trabajadores en Erte u otros programas habrían mantenido su relación laboral (y gran parte de sus ingresos) durante la crisis, para volver a reincorporase de forma masiva cuando la economía retornase a la 'normalidad'. Y se hubiese reducido el sufrimiento de las personas. 
Eso era en teoría el problema viene al ponerse en práctica:

Tanto es así que el mercado laboral y la economía podrían estar sufriendo cambios permanentes, acelerando tendencias que venían de lejos. Es decir, las personas que se han mantenido ligadas a sus trabajos a través de los Erte quizá no tengan hueco para recuperar sus empleos, porque la demanda en esos sectores no volverá a ser la misma. El resultado son empleos 'zombi' , un nuevo lastre a la productividad y para la vigorosidad de la recuperación económica. Es decir, el mercado se congela.

Nombre: Daniela Robles Rodríguez 

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