Las organizaciones agrarias y ganaderas afectadas por los aranceles a productos como el aceite, el vino, el queso, la carne de cerdo, las frutas y los mariscos no quieren que el Gobierno se quede de brazos cruzados a la espera de que Estados Unidos confirme la aplicación de tasas que elevarían sus costes un 25% si quieren operar en ese país. Por eso, exigen una «respuesta contundente» como la que ha pedido la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) porque las consecuencias de esta guerra «todavía no alcanza a vislumbrar».
Los profesionales del sector son conscientes de que la baza con la que cuenta la Unión Europea es la de, a su vez, imponer aranceles a productos norteamericanos, aunque esa deriva implicaría un recrudecimiento de la guerra comercial. Por eso, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación en funciones, Luis Planas, aún ve margen para negociar
Jesús Muñino 4B
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