Para ella fue un auténtico calvario: "Yo tenía 30 años y me dedicaba al sector de internet, no tenía ni idea de comunidades de bienes ni de metalurgia. Te juro que hice todo lo que pude por salvar la empresa, pero fue imposible. Acabé cerrándola: los trabajadores se fueron a la calle y yo me arruiné totalmente. Había hipotecado a mi madre y a mí misma, así que llegó un momento en que no tenía más dinero, me cortaban la luz, los bancos no me daban un duro, no podía tener ni una tarjeta de crédito... Literalmente, no tenía un duro".
Imán Chargui 4ºB
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