Cuatro años después del inicio del gobierno de António Costa, la economía portuguesa está mejor. El desempleo bajó la mitad, cayendo del 12,5 % hasta el 6,2 %. La inversión y las exportaciones crecieron un 20 %, colocando la economía portuguesa por encima de la media de la Zona Euro, algo que no sucedía desde 2001. Portugal consiguió estos resultados a la vez que redujo el déficit del 3 % del PIB al 0,2 %, y que bajó el nivel de pobreza a mínimos históricos.
Este crecimiento reforzó los lazos económicos entre Portugal y Galicia, con las exportaciones gallegas a Portugal aumentando un 31 % en solo tres años. Portugal consolidó la posición de segundo mayor cliente y segundo mayor inversor de la región gallega, con lo que se extendió la cooperación a nuevas parcelas en el turismo, expresamente en la promoción de los caminos de Santiago.
Los programas que promovieron el descenso de los costes de energía, la simplificación y modernización administrativa, el refuerzo del apoyo a la innovación y a la digitalización mejoraron la competitividad de toda la economía. El trabajo hecho en el turismo logró que, con las recetas, el sector creciera un 45 % en tres años. Y el programa de movilización de las empresas tecnológicas (Startup Portugal) trajo un fuerte crecimiento del número de startups portuguesas y de inversiones de las grandes empresas tecnológicas en Portugal (Google, Amazon, Vestas, Zalando, Bosh), que creó más de 40.000 empleos altamente cualificados en el país.
Las políticas desarrolladas resultaron en más crecimiento y más empleo, con lo que la economía pasó de cuatro años de crecimiento medio negativo a un crecimiento del 2,7 % al año en los últimos tres años. Portugal pasó de una situación en que durante 15 años creció siempre menos que la Zona Euro para pasar a crecer más que la Zona Euro en toda la legislatura, algo que, en 2015, no constaba en las previsiones de ninguna institución internacional.
Alberto Cortés Villalobos 4ºA
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