Borja Vázquez aparece con una bebida gaseosa sin azúcar que lo mantiene alerta. En la sede de la firma de ropa Scalpers, en el antiguo Pabellón de Italia de la Isla de la Cartuja de Sevilla, la actividad no para. Dan las últimas puntadas a la nueva estrategia para adaptarse al volátil negocio de la moda. Vázquez, presidente y cofundador, se muestra optimista pese a los retos que tiene por delante. “Seguimos creciendo en ventas [en superficie] comparables mes a mes y creo que este año vamos a mejorar otro 35% aproximadamente. Duplicamos el tamaño de la compañía cada dos años”, asegura.
Scalpers quiere consolidarse “en los mercados que están funcionando bien” y acaba de reorganizar su estrategia internacional con el cierre de las tiendas físicas en el Reino Unido y Holanda. “Es un problema de tamaño. Somos una compañía que aspira a hablarle a un público muy amplio y no podemos pretender estar posicionados en mercados con una capilaridad reducida”, explica Vázquez. Estos cierres muestran la tónica vigente en el sector de la moda: “Una velocidad volátil, la problemática del low cost y el cambio de hábito que está sufriendo la sociedad actual”, añade el especialista en el negocio retail, Jorge Mas.
Lydia González 4ºB
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